El regreso del Granada al Bernabéu

El fútbol no da soluciones, pero sí da alegrías, y eso no nos lo quita nadie. Los Reyes Magos han traído jornadas de puertas abiertas en los entrenamientos de los equipos y lo del Barça y el Madrid, en días sucesivos, ha desbordado las expectativas. El Barça llenó el Miniestadi, el Madrid reventó el Alfredo Di Stéfano, en el que se quedó gente fuera. En Sevilla, Reyes fue recibido con entusiasmo después de sus años de buscarse la vida por Londres, Madrid, Lisboa y otra vez Madrid. Esta tarde hay fútbol en el Bernabéu y cinco mil granadinos acompañan a los suyos. Por todas partes se detecta ilusión.

Hace mucho que no se veía al Granada por aquí, por cierto. Desde los lejanos años setenta, cuando tuvo un buen equipo al que la leyenda de ferocidad se comió. Al que tenga interés en aquello le recomiendo un estupendo libro de un colega granadino, Ramón Ramos, 'Los años del Pichichi', en el que se reivindican los valores positivos de aquel equipo que también los tuvo. Desde sus dos buenos metas, Ñito e Izcoa, hasta el 'Pichichi' Porta, pasando por los excelentes De la Cruz, Lasa, Vicente y demás. Ese equipo fue sexto dos temporadas, pero eso entonces no daba, como hoy, acceso a Europa.

Hubo ferocidad también, sí. En Aguirre Suárez y en Fernández. Éste tuvo en el Bernabéu una reyerta con Amancio tras la cual éste se cuidó de acudir durante dos temporadas a Los Cármenes, pero en la 73-74 el Madrid quedó muy mal en la Liga, necesitaba la Copa, y Amancio se subió al tren. Lo demás se puede ver todavía en Google, a poco que pongas 'entrada Fernández- Amancio'. Uno de esos episodios del fútbol que nunca debieron producirse. Amancio tardó en volver a jugar, y más tardará aún en perdonarlo. Al menos, el Madrid ganó aquella Copa, aunque sin Amancio en la final, por supuesto.