Madrid y Málaga, clubes entrecruzados

El tiempo vuela. Ahora parece remoto, pero hace sólo un año que el Madrid intentó repescar a Van Nistelrooy ante la hernia discal de Higuaín. Aquella lesión del bueno de Pipita dio lugar a una crisis de la que saldría el fichaje de Adebayor y un enfurruñamiento definitivo entre Mourinho y Valdano. Ha pasado solo un año pero parece mucho más tiempo. ¿Será quizá porque desde aquello se han jugado siete clásicos, los correspondientes a tres temporadas y media en otras épocas, esas que llamamos de entreguerras? Ahora no están ni Adebayor ni Valdano y el que sigue es Mourinho. Y vuelve Van Nistelrooy.

Y vuelve Pellegrini, que se fue hace año y medio y también parece de un tiempo mucho más lejano. Dirigió a un Madrid que en la Liga pudo con todos menos con el Barcelona, como ha seguido pasando, pero que en la Copa fue revolcado por el Alcorcón y en la Champions eliminado por el Olympique de Lyon. "A ese Madrid le faltaba vida", me decía ayer alguien del club. Por eso se aceleró su salida y se recurrió a este largo tratamiento de 'shock' que es Mourinho, que en la Liga sigue en las mismas pero en la Copa y en la Champions progresa más. Y, desde luego, ahora lo que no falta es "vida".

Ya ven, Madrid y Málaga están entrecruzados. También está en el Málaga Hierro, como director deportivo, y a ambos clubes les sobrevuela el recuerdo de Juanito, aquel hombre tan singular y querido. El Málaga vive días felices, con jugadores excelentes (aunque hoy le faltarán Baptista y Joaquín) y una marcha desahogada en la Liga. La gente querría más, ese más podría ser la Copa, pero le ha caído la parte dura del cuadro. Dura no, durísima, porque tras esta eliminatoria asoma el Barça, salvo que Osasuna haga el milagro. Pero los partidos hay que jugarlos. Vuelve la Copa, vuelve el fútbol.