El Madrid mostró el fondo de armario en Ponferrada y de nuevo lo mejor lo hizo Callejón. Penetrante, esforzado, delantero de peso. Y ventilando por detrás cuando era necesario. Marcó, aunque casi no habría que precisar eso, porque marca siempre. He ahí un buen suplente, listo para salir con buena cara y mejor rendimiento siempre que haga falta. Fue el mejor de los no habituales. La otra cara la ponen Albiol, en temporada triste, que se fue expulsado por dos tarjetas por llegar tarde en sendas entradas mal medidas, y Sahin, del que esperaba bastante más en una noche que le parecía propicia.

En El Molinón no estaba Xabi y no salió Sahin. A muchos extrañó, pero a mí no, porque era mucho partido para tal y como está todavía. Pero el de ayer sí le podía haber resultado propicio y siguió acusando falta de ritmo y adaptación. Los compañeros le buscan poco, él no se hace valer y tampoco su precisión fue la esperada. Mucho tiempo sin jugar, es cierto pero ya hace 42 días que tuvo el alta médica. Habrá que tener paciencia. En enero podrá tener más partidos de Copa para ir cogiendo ritmo. El Madrid lo necesita porque Xabi Alonso no tiene recambio y a él se le contrató con la esperanza de que lo pueda ser.

Pero no todo fue fondo de armario. Mourinho sacó en El Toralín dos balones de oro, Kaká y Cristiano, dando rango al partido. El público disfrutó con un choque serio, copero, en el que la Deportiva (por este nombre se reconocen más que por el de Ponferradina) aguantó el tipo, batalló de igual a igual y le dio sustos a Adán. El final, con el estadio cantando y exhibiendo las bufandas fue una expresión de alegría espontánea. Alegría por estar en el fútbol, por jugarle de igual a igual al Madrid, por tener ese equipo fuerte y serio, bien colocado para el retorno a Segunda. Alegría por la Copa. Es bonita la Copa.