Más que el cambio de ciclo es el cambio de siglo...
Un Madrid-Barça no es un partido más. Es la madre de todos los Clásicos porque el Madrid de Mourinho, después de una racha majestuosa de victorias y juego, puede sentenciar la Liga en el mes de diciembre. La grandeza del reto es proporcional al enorme rival, majestuoso en su propuesta y en su filosofía de club los últimos años. Se enfrentan el mejor club del siglo XX, vamos, el mejor club de la historia, y el mejor club del siglo XXI. El Madrid llega a la cita con todos los índices en su máximo nivel en lo colectivo y en lo individual, además con la fuerza de un Bernabéu, que empujará lo que haga falta y más. No es exagerado pensar que Casillas, Sergio Ramos, Marcelo, Xabi Alonso y Benzema o Higuaín llegan a la cita en el mejor momento de sus vidas deportivas. Cristiano es punto y aparte.
Enfrente tienen a un equipo de leyenda. Reforzado con un fuera de serie como Cesc, con una propuesta atrevida (Guardiola no concibe el fútbol de otra manera), con Xavi e Iniesta al mando. Messi es otro punto y aparte. La cuestión es saber si a Mou le pesa el pasado reciente y decide conceder el balón para ganar a la contra o vislumbrar cómo se maneja el Barça de Pep en las duras. Partido de entrenador. El rejón moral para el que pierda será doloroso...