Un Clásico sin feo estruendo previo

Mourinho no dio la conferencia de prensa previa al partido y eso decepcionó a algunos. A mí no. Aunque confieso que me han divertido muchas de sus ruedas de prensa, y hasta comenté alguna vez que valdría la pena el experimento de ponerlas en 'pay per view', prefiero el Mourinho comedido de estos días. Y quien evita la tentación, evita el peligro. No hay titulares de Mourinho ni los necesitamos. Necesitamos su buena mano con el equipo, que cada vez se nota más. Y la de Guardiola, impecable todavía en el cuarto año, en el suyo. Y a esa colección de fabulosas figuras que comparecen.

Además, tampoco Mourinho nos hubiera aclarado la alineación, como no lo hizo Karanka. La gran duda ahora es: ¿espesará y alborotará el medio campo Mourinho, como hizo la primavera pasada? ¿O sacará a Özil o a Kaká, buscando el triunfo por la vía del fútbol bien hecho? El Madrid supera al Barça en vigor. Tiene más fuerza, más salto, más velocidad física. Y tiene un gran manejo de balón también y un fabuloso contraataque. Lo normal es que trate de ganar con estas armas, más que con el puro juego, algo en lo que el Barça excele como ningún equipo que yo haya visto nunca.

En el Barça parece que nadie tiene dudas: cuatro defensas, un rombo con Cesc de nueve mentiroso y arriba Messi y otro, los más piensan que Villa, otros que Alexis. O Pedro, que ya está, o el joven Cuenca, la última revelación. Anteanoche estuve en TV3, invitado a 'Efectivament', buen programa. Noté que en Barcelona se piensa que en Madrid hay euforia, cosa que yo no veo tanto. Lo que hay es una ventaja en puntos que le hace el empate más tolerable al Madrid que al Barça. Pero nadie quiere empatar un partido así. Un partido en empate es algo como inconcluso. Que gane uno. Que gane el mejor.