El premio a un goleador insaciable

Cristiano comparece por segunda vez a los Premios AS del Deporte y me congratula pensar que será un asiduo en esta emotiva cita de cada temporada. El portugués es mucho más que un futbolista de élite. Su fanatismo por mejorar cada día que pasa lo convierte en un pulverizador de récords y un incordio para el Gui­nness, que cada año tiene que modificar alguna de sus páginas por culpa de su voracidad. Reto que le planteas, reto que afronta y supera sin pestañear. El próximo será el de los 104 goles de Ronaldo, nuestro entrañable gordito que siempre estará en el corazón de los madridistas.

Cristiano protagonizó la temporada pasada, con sus 40 goles, una hazaña que quizás no ha sido valorada como merecía al no haber ganado su Madrid aquella Liga que cogió el puente aéreo. Los 38 goles de Telmo Zarra y Hugo Sánchez parecían un muro insalvable para los especialistas del gol, incluido Messi (34 es su mejor registro, temporada 2009-10). Pero Cristiano no se agota nunca, su hambre es tan voraz como la de un león que llevase tres días sin llevarse nada a sus fauces y su poder de autocrítica le ha permitido ser uno los mejores asistentes del imperial Madrid de Mourinho. Este premio no sería justo. Sería justísimo.