Cristiano está lanzado para entrar en la historia del club

Cristiano está lanzado para entrar en la historia del club

Verano del año 2009. La imagen no se me ha borrado de la cabeza. Cristiano Ronaldo apareció, de blanco impoluto, por el túnel de vestuarios del Bernabéu. Más de 80.000 personas se pusieron en pie y corearon emocionados su nombre como si tuvieran delante a Di Stéfano, Amancio y Raúl en la misma pieza. Cristiano, con su compatriota Eusebio al lado, levantó sus hercúleos brazos y gritó: "¡Un, dos, tres, Hala Madrid!". Una indicativa declaración de intenciones. El portugués no vino para ser un buen extranjero más en la historia del club más grande de todos los tiempos. Firmó hasta el año 2015 para pulverizar todos los registros, ganar Botas y Balones de Oro, Pichichis, Champions, Ligas, Copas... Sólo Messi se interpone en su camino.

Pasados dos años y medio, podemos afirmar que el Madrid disfruta del Cristiano más maduro, más solidario, más inteligente tácticamente y más comprometido con el proyecto de Mourinho. Ya no se limita a conjugar el verbo en primera persona. Le hemos visto hasta celebrar asistencias con su firma. El Bernabéu, que tuvo al principio sus diferencias con él por su empeño en querer resolver todo sin encomendarse a nadie, ahora le quiere y le admira. La gente sabe que tiene ante sus ojos a un jugador que pasará al Libro de Oro del Real Madrid. Esta noche escribirá una página con letras góticas si consuma ese doblete que le haría cantar su gol oficial número 100. Basta con mirar su promedio. Asusta. Hoy todo el estadio cantará: "¡Ese portugués, qué bueno es!".