El triste baile de los 'malditos'
Entre carrera continua, sol de justicia, flexiones y abdominales, cuatro jugadores del Real Madrid (aún lo son y con contrato en vigor) mascullan su futuro. Mientras el Madrid universaliza el fútbol junto a Hollywood, los malditos corren, esperando que el tira y afloja entre sus agentes y el club acabe más pronto que tarde. En esto, el Real Madrid es uno más. Una medida de uso común en el mundo del fútbol, antiestética desde el punto de vista humano, llevado al absurdo si se trata de no dejar tocar el balón a los futbolistas. Es paradójico; cuando se compra se aplaude la deslealtad, pero cuando se trata de vender, se exige lo contrario...
Aunque todos acuden al baile de los malditos en sesiones de mañana y tarde, cada caso es diferente. Irreconducible para un personaje como Drenthe, sin cabeza para un gran club; comprensible en el caso de Lass, que pidió marcharse si no iba a ser prima donna; reprochable en el de Pedro León, por el que se pagaron diez millones de euros y al que Mou no ha querido ni probar; terrible si hablamos de Canales, llamado a ser un valor de futuro del fútbol español y al que se le ha truncado la progresión. Tremenda metáfora del no papel que puede jugar el cántabro, ahora con la Sub-20 en el Mundial de Colombia, en este club.