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La bomba del Málaga es el jeque

A estas alturas de la película, quien tuviera dudas sobre Abdullah Bin Nasser Al-Thani, debe haberlas desterrado. Comparar al sheikh con Alí Sayed es una herejía, pero es que además es mucho más serio que la mayoría de los dirigentes patrios, que tienen en bancarrota (o casi) a medio fútbol español. Al-Thani siempre ha sido honesto con sus intenciones. En lo deportivo, dijo que daría los pasos de uno en uno. Por eso la inversión ha crecido de un año a otro con mucho sentido. Pero recordando que es "ilimitada". Porque su obsesión y la de Ghubn es hacer un Málaga grande. En lo personal, siempre ha dejado claro que a España viene a hacer más negocios que nada tienen que ver con el balompié.

El fútbol es su pasión. Al jeque le brillan los ojos cuando habla del Málaga, se siente un afortunado por poder formar parte de la mejor Liga del mundo. Sus palabras, además, se apoyan en hechos. Refuerza la imagen de club con Hierro, Nike, UNESCO... Y deja que Pellegrini construya una obra de ingeniería a su ritmo. Le da herramientas que van de Van Nistelrooy a Baptista pasando por Joaquín. Encima, dice que quiere regalar una bomba a su afición. Cazorla es el favorito. Pero la bomba, en realidad, es el jeque.