España en Las Rozas y Villar en Zúrich

La Selección se reunió ayer en Las Rozas con vistas a dos bolos de cierre de temporada, en Estados Unidos y Venezuela, sábado y martes próximos. Un alargue de actividad para nuestros internacionales, a fin de llenarle la buchaca al villarato, esa amalgama de aprovechados de la cosa que chupan del bote todo lo que pueden. El encuentro, al menos, sirvió para que nuestros internacionales del Madrid y del Barça empezaran a recuperar la normalidad de trato tras la tremenda agarrada de la tormenta de clásicos. Ahora están juntos, saben distinguir. Y juntos han hecho muy grandes cosas.

El que no estuvo ayer en Las Rozas fue Villar, al que asuntos de más rango reclamaban en Zúrich. Allí se tiene que desarrollar la reelección de Blatter. A Blatter le había salido una oposición, el catarí Bin Hamman, miembro del comité ejecutivo. Hombre influyente y triunfante, acaba de obtener para su país el Mundial 2022. Pero le dio por presentarse contra Blatter y en tiempo record le han destapado sobornos para obtener tal designación que se lo han llevado por delante, junto a alguno de los apoyos que recabó, como el del Jack Warner, el hombre de la FIFA en el Caribe. Así se las gasta Blatter.

El problema es que ya canta mucho todo eso. De los 24 fenómenos que eligieron dónde iban a ser los mundiales 2018 y 2022, once están involucrados en sobornos. Y de los demás no se fía nadie. Hay un clamor en Inglaterra para que se repitan aquellas elecciones, algunas voces piden que la de hoy se atrase hasta que todo esté mejor investigado y hasta los cuatro patrocinadores principales de la FIFA se suman a esa corriente. Cómo será la cosa que hasta Blatter dice que 'la pirámide de la FIFA está en peligro'. En fin. ¿Y Villar? Pues allá está, cobrando dieta. Hará lo que le digan y dirá que a él que le registren.