El croata avalado por Jovicevic
El tiempo vuela. Han pasado ya más de 15 años desde que Alen Peternac llegó al Zorrilla. Fue durante aquel tumultuoso verano del 95 en el que el Valladolid recuperó la Primera División en un despacho y cuando, para salvar al Sevilla y al Celta, se tuvieron que inventar una Liga de 22. Lo recuerdo perfectamente. Entrenaba al equipo Rafa Benítez, un casi debutante que tenía como único aval su labor como entrenador en el Castilla. Con el equipo en plena pretemporada y estando concentrado en Los Angeles de San Rafael, llegó a prueba un delantero croata, mofletudo y bastante joven, avalado por el segundo entrenador, Cedomir Jovicevic, al que Benítez observó en dos partidillos de entrenamiento que se montaron a tal fin. El director deportivo Fernando Redondo ejecutó la operación y el Valladolid se lo compró al Dinamo de Zagreb por una módica cantidad.
Peternac era un pistolero. En un equipo modesto, y que las pasó canutas para mantener la categoría, logró 23 goles y demostró ser capaz de marcarlos de cabeza, con la izquierda y con la derecha. Peternac era un jugador muy rápido y que no se lo pensaba a la hora de tirar a gol. Era distinto a Guerra. A su favor, que era más joven, y también más potente. Guerra, más veterano, es fundamentalmente más listo en el área y muy bueno jugando para el equipo. Los dos han sido 'nueves' de nivel y que han logrado en su primer año en Zorrilla cifras para recordar. El gran Guerra ha hecho recordar al gran Peternac.