Si no quieres caldo, tazón y medio

Mourinho demonizó a cinco árbitros en su ataque de verborragia del miércoles y uno de ellos será el que arbitre en el Camp Nou. Ya sabe lo que puede esperar de la UEFA en la sesión de hoy. Envidiará seguramente a Guardiola, que expresó su preocupación por la posibilidad de un árbitro portugués y este cambió de casilla y ha acabado haciendo el partido de vuelta de la otra semifinal. Pero es que Guardiola lo dijo más fino y ya se sabe: buenas palabras y mejores modales abren puertas principales. A Mourinho le parece que ser educado es ser hipócrita, alardea de bravo y eso es lo que hay.

La teoría de que Guardiola es de una manera cuando gana y de otra cuando pierde se pudo comprobar tras la final de Copa. Pero es que Mourinho es de la misma manera gane o pierda, los meses pasan y no veo los beneficios que al Madrid le reporta esa forma suya de ser y expresarse. "Es el único que defiende al Madrid", me dicen. Bueno, no sé si eso es defenderlo. Por ese camino el Madrid pierde simpatías, aliados, imagen e influencia. Ese continuo estado de camorra no le produce al club más que consecuencias desagradables. Como esta designación de uno de los abominables de Mou.

A cambio, suenan campanas que anuncian que en el Camp Nou saldrá al ataque, con Cristiano, Benzema, Di María y Özil por delante de Lass y Xabi Alonso, y con Marcelo asomándose hacia arriba. Ojalá. Lo que más necesita esta tormenta de clásicos es un cierre que la redima en lo posible de la cochambre del otro día. Un partido limpio, al ataque, en el que luzcan todas esas figuras que hay sobre el campo, en el que el fútbol despliegue todos sus valores, en reparación a lo último. Un partido en el que todos se porten como Xavi y Casillas. Y que ganen los que tengan que ganar.