Los ecos de una victoria
Los tres puntos sumados por el Sporting ante el Almería tienen una importancia especial. Por un lado, un rival directo quedó tocado, además de haberlo alejado a seis puntos, en una situación complicada, con un calendario próximo de lo más comprometido y con la ventaja añadida del mejor coeficiente en caso de empate. Los tres puntos hubo que sudarlos en un partido que no pasará a la historia y ya casi ni se recuerda que no hubo fútbol, ni que se corrieron unos riesgos innecesarios por haber caído en un peligroso nerviosismo. Menos mal que los rivales también tiene problemas de gol, porque el Almería, que llegó a utilizar seis delanteros, apenas tiró dos veces a portería en los 96 minutos que tuvo de duración el encuentro.
La victoria sabe mejor, porque dura más tiempo, debido al parón, pero también permite pensar más detenidamente en sus posibilidades de futuro inmediato al ver la clasificación y los nueve rivales que les quedan. La realidad es que el descenso está sólo tres puntos por debajo, aunque con otros diez equipos metidos en la pomada. La siguiente salida, al Santiago Bernabéu, es, en teoría, la menos accesible, pero no por ello los de Preciado van a viajar con la toalla arrojada. Los rivales de los rojiblancos serán los siguientes, Osasuna, Deportivo y demás, ante los que hay que sumar hasta llegar, si es posible, a 42, aunque, tal y como están las cosas, el descenso no va a estar tan barato como se preveía en la primera vuelta, antes de que los rivales más directos empezaran a reaccionar.