Con Contador y sin televisión



Lista de dorsales: con el 11, Alberto Contador; con el 41, Ivan Basso; con el 51, Cadel Evans; con el 102, Michele Scarponi; con el 162, Levy Leipheimer; con el 165, Janez Brajkovic; con el 181, Carlos Sastre; con el 182, Denis Menchov… No es el Tour de Francia, no. Ni el Giro de Italia. Se trata de la participación de la Volta a Catalunya, que en la celebración de su centenario, de lunes a domingo, sólo echará en falta a los hermanos Schleck y al ‘Tiburón’ Nibali, entre los más destacados vueltómanos.

El mérito no es sólo reunir a un elenco tan brillante de corredores en una ronda del UCI World Tour… El mérito es conseguir que además acudan con ganas de gresca. Y es seguro que muchos de ellos vienen con el cuchillo entre los dientes. Hasta hace bien poco existía la convicción de que los aspirantes al Tour de Francia tenían que ahorrar esfuerzos y gastar lo justo para llegar enteros a julio. Lance Armstrong fue el líder de esa metodología. Un hábito, afortunadamente, en desuso... Contador ya ha ganado la Vuelta a Murcia; Basso lo ha hecho en el Gran Premio de Lugano; Evans se ha exhibido en la Tirreno-Adriático, o Leipheimer se ha subido al podio de la Vuelta a Andalucía.

Otro atractivo de esta Volta es su centenario. El pasado 6 de enero, Día de Reyes, se cumplieron cien años desde que un grupo de 34 ciclistas partiera de la Plaza de Sarriá para disputar una carrera de tres etapas sobre un total de 364 kilómetros. Terminaron 22 corredores, con triunfo de Sebastián Masdeu a un promedio de 23 km/h. Desde aquel ganador hasta hoy nos encontramos un palmarés con Mariano Cañardo, un navarro criado en el barrio barcelonés de Sant Andreu que tiene el récord con siete victorias en la Volta y que en los años 30 fue un mito en Cataluña. O con Miguel Poblet, otro grandioso ciclista de la tierra que sumó 33 triunfos de etapa y dos en la general. O con las tres ‘voltas’ de Miguel Indurain. O con Merckx, Ocaña y Anquetil.

Lo más triste es que ni este presente ni aquel pasado han sido capaces de atraer a una televisión para su retransmisión en directo. La única difusión se limitará a resúmenes nocturnos de media hora en Teledeporte y en el canal catalán Esport3. “Este año, con el centenario, esperaba que pudiéramos tener televisión en directo, pero no ha podido ser por una cuestión estrictamente económica”, ha explicado Rubén Peris, el presidente de la Volta. Una gran paradoja cuando se trata de una carrera del UCI World Tour.

La crisis no respeta a nadie, ni siquiera a una de las carreras por etapas más antiguas del mundo, detrás de dos de las tres grandes (el Tour nació en 1903 y el Giro, en 1909), y de las Vueltas a Bélgica y Tarragona (ambas de 1908). A la crisis económica que afecta a la sociedad española se une el delicado momento que vive nuestro ciclismo, principalmente por los escándalos de dopaje y por la espantada de grandes patrocinadores privados (con la ilustre excepción de Movistar). La Volta, que tiene un presupuesto de 1,2 millones, lleva años luchando por sobrevivir y por no acabar desapareciendo como sus paisanos de la Setmana Catalana, la Bicicleta Vasca (fusionada con la Vuelta al País Vasco) o la Vuelta a la Comunidad Valenciana.

La carrera arranca este lunes en Lloret de Mar y tendrá como gran aliciente la llegada en alto del miércoles a Pal (Andorra), que se presume decisiva en el desenlace final. Sin embargo, otra fecha sobrevuela la Volta a Catalunya, muy a su pesar. Este jueves, 24 de marzo, se cumple el plazo para que la Unión Ciclista Internacional (UCI) decida si recurre la absolución de Contador. La noticia, de producirse (y así lo cree la Federación Española, como explicaron sus dirigentes en AS hace una semana), estallará en plena competición. Ese día, la Volta dejará de ser invisible para recibir una publicidad que, desde luego, no ayudará mucho a reflotar la carrera. Ese día, seguro que veremos a Contador en más de una televisión.

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