El juguete está a punto de romperse
Hasta ahí todo bien. Pero llega el momento de decidir quién tiene la culpa. Lo que al principio comienza a ser un debate pausado y razonado, en el que cada una de las partes da sus razones, se va convirtiendo por momentos en una discusión acalorada en la que el tono sube progresivamente. En ese momento, cuando los insultos están a punto de aflorar, llega un policía municipal, el mediador, para poner calma.
Con la llegada del mediador se vuelve a rebajar la temperatura. Vuelven las buenas palabras y los razonamientos, aunque las versiones comienzan a ser algo disparatadas, mientras cada uno arrima la sardina a su ascua. No están las cosas como para que te suban la cuota del seguro por una tontería.
Pero claro, el policía, experto en esas lides, solo necesita ver la posición de los coches y los daños para saber lo sucedido. Pausadamente, argumenta a favor de uno de los contendientes e, inmediatamente, vuelven los insultos, los reproches y el mal rollo. El agente del orden necesitará todas sus dotes para imponer la autoridad, pero si recibiera una llamada para acudir urgentemente a cubrir un asunto más grave, los dos conductores podrían llegar a las manos perfectamente.
En la NFL ha sucedido algo similar. Las negociaciones se rompieron la noche del jueves. Desde entonces solo ha habido reproches de ida y vuelta, en muchos casos próximos al insulto. El clima ideal para no llegar a ninguna parte.
Cuando alguien tiene intención de negociar no dice nada que pueda ofender a la otra parte.
Respuesta de George Atallah, portavoz de la NFLPA: “Su único compromiso ha sido el cierre patronal”. “Jeff Pash fue parte del equipo que vendió a las televisiones una entrada de 4.000 millones de dólares para un partido que no tenían intención de celebrar”.
Y respuesta de DeMaurice Smith, al que ya no es necesario presentar: “Siempre hemos estado comprometidos con conseguir un acuerdo. ¿Cómo puede Jeff Pash ponerlo en duda ante la opinión pública? Lo que no dice es que la NFL tuvo una estrategia desde 2009 para obtener 4.000 millones de dólares de las televisiones aunque no hubiera partidos”.
Pero Atallah siguió gustándose: “Me gustaría pedir un crédito a nombre de los propietarios tres horas antes de morir”… Y terminó con otra andanada: “Si los dueños siguen cuestionando el compromiso de los jugadores, estamos dispuestos a hacer públicas todas nuestras propuestas sin respuesta”.
A esas alturas, Twitter ya echaba humo.
Pero Aiello volvió a meter el dedete en la llaga: “Mientras George (Atallah) está a lo suyo, debería decirme si el sindicato va a responder alguna vez a las 150 páginas de propuestas que les enviamos hace ocho días”.
Como podéis ver, todo bastante menos sibilino y alejado del talante abierto y conciliador que se espera de unos negociadores.
Esta mañana le preguntaban a DeMaurice Smith sobre la ruptura de negociaciones, y el cruce de acusaciones de las últimas horas, y su respuesta fue memorable: “Esta mañana, nuestros pensamientos y oraciones están con la gente de Japón”. “Hay sucesos que ayudan a ver las cosas con perspectiva, así que hoy vamos a intentar centrarnos un poco y trabajar por un acuerdo. Sin embargo, nuestros pensamientos y oraciones son para las personas que están excavando y preparándose para lo peor”.
Ah, se me olvidaba, Roger Goodell, al que tampoco es necesario presentar ya, fue de los pocos que mantuvieron la templanza ayer e incluso fue capaz de decir la primera frase sensata que le recuerdo en mucho tiempo: “La negociación es mejor que el litigio”. ¡¡¡Olé mi niño!!!
Como os imagináis si leísteis la entrada de ayer, el gran problema está asiendo la exigencia de los jugadores de recibir la información completa de las finanzas de la NFL. Esa es su condición indispensable para que los propietarios reciban 800 millones de dólares antes de hacer el reparto de ingresos, cada temporada. Según Domonique Foxworth, cornerback de los Ravens y representante sindical de su equipo: “la información entregada por la NFL hasta ahora es ridícula. Lo que nos han dado ya se sabe solo con leer la revista Forbes".
Aunque parezca increíble, estos tipos están a un paso de romper el juguete.