Xabi Alonso, el que nunca puede faltar
En la primera versión del Madrid galáctico, los jugadores susurraban cuando Makelele pasaba por la camilla. Era el menos dotado técnicamente, pero el único que no tenía recambio en ese gran equipo. Corría por todos. El otro día me confesaba un jugador del actual Madrid: "Podemos pasar un partido sin Cristiano, pero sólo pido que no falte Xabi Alonso". Que nadie se confunda. La diferencia entre Xabi y Makelele es sideral. Sólo se parecen en la ausencia de recambio. El tolosarra, además del corte, le pone la confección al equipo. En el Madrid en el que casi todos van deprisa (Cristiano, Di María, Özil), pone la pausa. Es la proyección de Mourinho en el campo.
En una mesa de gente del fútbol todos coincidían en la singularidad de Xabi. No existen centrocampistas de ese perfil en el mercado, jugadores que marquen el tempo de los partidos, capaces de desplazar en corto y en largo, al más puro estilo Schuster. Además, con vocación para llegar y tirar desde fuera. Todo eso sin hablar de su liderazgo silencioso. Xabi es una de las voces más autorizadas en ese vestuario. En el Mundial ya demostró su jerarquía y, además, proyecta una imagen sensacional. El Madrid tiene una bendición y un problema. Seguro que a Florentino ya no le duelen los 30 millones que pagó por él, pero debería estar preocupado de que no haya otro de su perfil en la plantilla. Más que delanteros al Madrid le sobran llegadores y le faltan constructores. Sin segundas.