Primero y por la puerta grande
El Real Madrid acaricia de nuevo la grandeza en la Euroliga. Los blancos, hasta el histórico día de ayer, firmaban buenas faenas en el Top-16, pero fallaban con la espada en el último momento (recuérdense los chascos ante el Maccabi), lo que les impedía pasar a los cuartos de final como primeros de grupo y tener a favor el crucial factor cancha, casi imprescindible para meterse en la Final Four. Pero esta vez no ha sido así y el Madrid pasa en cabeza y por la puerta grande. Sigue invicto en esta segunda fase y ha ganado en tres canchas tan complicadas como el Palaestra de Siena, el Sinan Erdem de Estambul y la de ayer, el Belgrado Arena.
Capítulo aparte merece la pista serbia. Un hervidero en el que casi 17.000 enfervorizados hinchas animaron sin descanso al Partizan, un equipo joven y con carencias que le han hecho no estar a la altura de su afición en el Top-16. El Madrid tuvo aplomo pese a que, no hay que olvidarlo, alberga a siete jugadores de 25 años o menos. Brilló Tomic, croata de nacimiento. Sólo él sabe bien los improperios que debió de soportar, pero no se arredró. Mirotic, otro balcánico, presentó sus credenciales en la cuna de figuras como Delipagic, Djorjevic o Danilovic. Y el Madrid vuelve a ser grande o, al menos, ya lo parece.