El heredero de Aduriz y de Llorente
Mantengo la teoría de que todo equipo que quiera lograr un mínimo de objetivos tiene que tener en sus filas a un buen portero y a un buen delantero. El portero, si es bueno, te da puntos con sus paradas. El delantero te los da a base de goles. Por ejemplo, Javi Guerra le ha dado al Valladolid seis con sus dos últimos goles, el de Huelva y el del domingo ante el Betis. Es cierto que el resultado final de un equipo es el fruto del trabajo de todos, pero si el portero falla o el delantero no aprovecha las ocasiones el trabajo de los demás acaba por no servir de nada. Guerra lleva ya 14 goles. Al ritmo que va puede acabar la temporada con una cifra muy superior a los 20 tantos. Es el gran referente del equipo blanquivioleta. Muchos se preguntan qué habría sido del Valladolid si él no hubiera estado este año aquí.Está representando un papel que nos suena. El mismo que hace años desarrollaron Aduriz o más recientemente Llorente. El jugador con gol tiene la pócima mágica del fútbol. El gol es lo que más vale y lo que más se paga. No hay que ser un 'lumbreras' para saber que Guerra, a este ritmo, tendrá ofertas para jugar el año próximo en un equipo de Primera con más posibilidades económicas que el Valladolid. La cosa será así: el jugador terminará haciendo goles y puesto en el escaparate. La situación económica del Valladolid hará que Suárez trate de venderlo al mejor postor. Al representante del jugador le llamará algún club que triplique su sueldo. Y lo venderán. Lo de siempre.