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La ley de Preciado: ambición

El Sporting ganó con autoridad, pero no con comodidad en Palma, al menos hasta que llegó el segundo gol de Canella, con la colaboración del local Kevin. Desde el primer momento se vio en el Iberostar al equipo que quiere la afición rojiblanca y que nunca debió pasar momentos críticos para que Preciado viera su futuro puesto en tela de juicio. Le marcaron al Mallorca tantos goles como había recibido hasta ahora en su campo. El virtuosismo de Diego Castro puso la primera nota del concierto rojiblanco en el campo balear.

La imagen que el Sporting ofreció en Palma fue de lujo. La defensa parece que, salvo los lunares de las estrategias, gana en seguridad, el centro del campo aumenta la consistencia y la delantera tiene destellos. El debutante André Castro, que ante el Atlético sólo jugó el descuento, dio muestras de ser un jugador ambicioso, impetuoso y agresivo, además de contar con unas cualidades que significan todo un acierto para los que apostaron por su incorporación. Ayer fue una tarde de placer, en la que el Sporting aplicó la ley de Preciado, la que sabe apretar y tener apetencia de triunfo, la que hace dos años fue una revelación que parecía olvidada. El sportinguismo recupera el optimismo.