El buen efecto del trivote
El triunfo sobre el Atlético permite un respiro importante, cuando se aproxima la fase del calendario que, en teoría, es la más complicada de la temporada. Las salidas consecutivas a Palma y Bilbao, la visita del Barcelona y el desplazamiento a Valencia se ven con el grado de dificultad máxima, sobre todo porque los rojiblancos aún no conocen la victoria fuera de casa. A eso se suma que se tiene en cuenta el potencial de los próximos anfitriones. De todas formas, la imagen del equipo de Preciado cambió sustancialmente desde que aplicó una variante en el estilo de juego con la ubicación de un trivote, en el que resultó determinante la presencia del joven Nacho Cases. A su lado, Rivera vuelve a tener el recorrido de la pasada campaña y Eguren aparenta más consistencia.
En los tres partidos que Preciado utilizó tres jugadores en el centro del campo, el juego del Sporting resultó más dinámico, tuvo más llegada y ofreció una presencia más ofensiva. Este estilo parece haber influido para revitalizar las bandas, en las que De las Cuevas y Diego Castro se muestran más incisivos, con el apoyo de los laterales. Lora y Canella fueron jugadores importantes en los encuentros jugados ante el Hércules y el Atlético, en los que el equipo gijonés se reencontró con el triunfo, signo que tenía olvidado. A los dos triunfos seguidos se añade la panorámica que ofrece la clasificación, en la que hay sólo dos puntos de ventaja sobre las posiciones de descenso, pero con casi la mitad de los participantes metidos en la zona de riesgo. A ver si sigue dando buen rendimiento.