No debe ser un camino sin retorno
No conviene obcecarse más de la cuenta en un objetivo, incluso aunque se trate de un sueño. Si la cosa se complica, es mejor buscar alternativas, porque el tiempo vuela y cada oportunidad que pasa es una oportunidad perdida. Así lo ha debido entender Andy Soucek, que consciente de las dificultades de correr en esta F-1 de pilotos de pago, ha apuntado hacia un destino que le permita seguir explotando su talento al volante. Y la IndyCar no me parece en absoluto una alternativa desdeñable, más bien lo contrario.
Competirá en Estados Unidos, con el potencial que ese gigantesco país representa en todos los sentidos; lo hará con un monoplaza no tan sofisticado como los de F-1 pero con los que sí existe una mayor igualdad mecánica, ya que los equipos comparten chasis (Dallara), motor (Honda) y neumáticos (Firestone); por último, a su edad, 25 años, el viaje a Norteamérica no tiene que ser, desde luego, sin retorno. Quizá un buen resultado en los States le vuelva a abrir la puerta de los grandes premios a corto plazo.