En paralelo al duelo Barça-Madrid por la Liga, se desarrolla otra guerra igualmente incruenta pero igualmente feroz en la tabla de goleadores: Cristiano vs Messi, dos fenómenos del fútbol y del gol. Cristiano es hoy Pichichi y Bota de Oro europeo, y aspira a ambos premios finales. Sabe a quién va a tener enfrente: a Messi. Cristiano lleva 16 goles en los 14 partidos de Liga, Messi, en los mismos partidos, 15. Sumando otras competiciones de la temporada, Cristiano se va a los 20 y Messi a los 25. Cristiano ha marcado 53 en los 56 partidos que lleva en el Madrid. Messi, 72 en sus últimos 72 partidos en el Barça.

Son cifras extraordinarias. El promedio de gol por partido es un ideal que rara vez un atacante puede alcanzar. Son cotas reservadas a los Pelé (que lo sostuvo unos años), el mejor Puskas, el Zarra de sus grandes temporadas, el año estelar de Hugo Sánchez... En este caso se da además la circunstancia de que no los definiríamos estrictamente como goleadores, son jugadores de más amplio espectro. Los dos desbordan, los dos tiran hacia las bandas, los dos dan goles. No son jugadores de área, o jugadores cuya misión específica sea el gol. Son atacantes integrales con una capacidad goleadora implacable.

¡Y tan distintos! Eso hace aún más atractiva la comparación, como ocurre con sus equipos: duro fajador el Madrid, fino estilista el Barça. Cristiano es un atleta terrible, con enorme golpeo de balón y cierto aire confuso en su juego, como ha señalado Rexach. Superdotado física y técnicamente, confuso en su concepción del juego. Messi no tiene su golpeo ni su físico, pero su agilidad en corto es endemoniada, su pie izquierdo es un guante y aplica al cien por cien lo que sabe, para goles propios o para darlos a sus compañeros. Me parece que los límites de ambos aún están lejos. Es una lucha bárbara.