Momento de ayudar, no de dividir

No me gusta el cariz que ha tomado la semana tras el cuatro a cero de Jerez. Es lógica la indignación de la afición por el pésimo partido realizado y la goleada encajada. Entiendo la preocupación generalizada ante el bajo rendimiento del equipo lejos de Zorrilla y su dificultad para alcanzar la regularidad necesaria para ser un candidato a algo. Jugando así, el Valladolid es un candidato a la nada. En todo eso estamos de acuerdo. Y también en que si se pierde ante el Cartagena las horas de Antonio Gómez estarán contadas. Pero dando esto por asumido, creo que no debemos equivocar la forma en la que hay que afrontar el partido del domingo ante los Víctor, Toché y compañía. Lo más importante es volver a la senda de la victoria. Terminar la tarde con tres puntos más.

Y no me gusta comprobar como se impone el 'morbo' de ver si Antonio Gómez sale vivo del plebiscito, ante la necesidad e importancia de apoyar al equipo, a los jugadores y al entrenador, ante un envite difícil y en un momento bastante complicado. Si la cosa va mal los acontecimientos se precipitarán sin que haga falta alentarlos de antemano. He vivido muchas situaciones similares y el público puede elegir dos caminos a seguir. El primero, el de preparar la espada por si no se gana para que venga otro entrenador. El segundo, el de acudir a Zorrilla a animar y ayudar al equipo durante los 90 minutos. Cuando suena el murmullo de la grada pronto, mala señal. Es partido para unir fuerzas y ayudar. Y cuando pite el árbitro, entonces ya veremos.