Siempre me ha parecido muy extraño y arriesgado fichar a un jugador por su actuación en un partido determinado. Sé que muchos clubes son capaces de tener este tipo de flechazos y que, a veces, salen bien. Por ejemplo, cuando Sir Alex Ferguson se enamoró de Cristiano Ronaldo en un encuentro de su Manchester United frente al Sporting de Lisboa. Pero el Madrid lleva su política de fichajes con más cabeza y más pauta y, esta noche, tendremos que ser honestos a la hora de juzgar a Fernando Llorente. Sé que el delantero vasco estará en el centro de todas las miradas, incluso como si ya vistiera la camiseta blanca, pero que lo que haga hoy sea considerado como decisivo de cara a su futuro, me parece una barbaridad.

Que Llorente marque un doblete o que fracase en todo lo que haga en el césped del Bernabéu ¡para mí es lo mismo! No podemos evaluar a un futbolista en sólo 90 minutos. Y menos frente a un Madrid imperial en su casa esta temporada. Los que realmente valen son los casi 40 partidos que le quedan por disputar con el Athletic y la Selección de aquí al mercado de fichajes de verano.