Para los clubes de baloncesto no existe el Virus­ FIBA. Ningún equipo pierde jugadores en mitad de la campaña. No hay parones para hacerle hueco a los equipos nacionales, ni polémicas con este o aquel seleccionador. Para eso queda el verano, pero aun así el calendario cojea. Las Ligas se alargan demasiado y las pretemporadas han desaparecido. El Madrid dispuso de una semana con la plantilla al completo y los mundialistas agotados (más riesgo de lesiones) antes de afrontar la Supercopa, y menos de dos para inaugurar la ACB. La preparación clásica es hoy una antigualla. Los entrenadores apuran ahora el inicio de la competición para realizar la verdadera puesta a punto. Ese es el camino obligado que ha cogido Messina y que termina hoy. Se juega el liderato en Bilbao y pasado mañana inicia la Euroliga en El Pireo. Luego vendrán el Valencia y el Unicaja. Sábado y jueves sin parar, el aluvión.

Lo decimos porque el Madrid llega hasta aquí con una plantilla, a priori, compensada, pero con piezas por encajar. Si salta una, el teórico equilibrio se irá al garete. La mayor incógnita tiene apellido serbio: Velickovic­. Talento enorme, pero... Y ese es el problema. Si agarra como alero, al nivel de Suárez, bloque redondo. Si no, habrá dos tapones y tres vías de agua (probable fichaje). Eso y ver si los cincos suben el listón de la intensidad y si Llull, al final, no es más base que escolta. La pretemporada se acaba.