España lo borda, pero esa torrija...

España lo borda, pero esa torrija...

España juega endemoniadamente bien, pero a veces eso arrastra a los defensas hasta el punto de descuidar demasiado sus obligaciones. Claro que es mejor ganar 2-3 que 0-1, pero es mucho mejor ganar 0-3 y sin pasar agobio. Lo digo porque anoche, en Glasgow, la sinfonía del juego español, que nos llevó a ponernos 0-2 al poco del segundo tiempo, con todo aparentemente resuelto, se ensució un poco con diez minutos de torrija general, generados por un primer fallo defensivo, con gol, y completados con otro fallo, también castigado con gol. Así que de repente nos vimos 2-2, y vuelta a empezar. Gracias que hay juego para cubrir lo que sea.

Quizá sea que España juega tan bien qua los defensas se engolfan en el fútbol de ataque y construcción. Piqué y Puyol entran en el rondo, y Sergio Ramos va y va y se olvida de volver. Los escoceses se volcaron por su lado y crearon cierta amenaza, para lo pobre equipo que son. Y los centrales, de tan poco exigidos que se sienten, se olvidan de hacer la línea, y Ramos casi nunca está. El caso es que arrastrados todos por la belleza del juego de creación, llegan a perder los mínimos protocolos defensivos. Y no se trata de reclamar otra cosa que una mínima atención, una mínima seriedad profesional en la tarea, cuando sea menester.

Por lo demás, salvados esos diez minutos, el juego de España fue excelente. Tiqui-taca, sin prisa y sin pausa, llegando por un lado y por otro, rematando con cierta frecuencia, hasta hacer del portero McGregor el mejor de los rivales. Por fin marcó Villa, en su cuarto tiro a puerta de ayer, de penalti. Alcanzar el récord de Raúl, que tiene más vidas que Rasputín, le ha costado veintiún remates, cuatro de ellos al palo. Luego marcó Iniesta, en un pase a la red, y sobrevino la torrija. Pero quedaba la carta de Llorente, que se está convirtiendo en un infalible. Con su gol volvió la paz. Este chico empuja muy fuerte. Aparte de todo, tiene ángel.