El doctor Hernández, Ujfalusi, Villa y...

El doctor Hernández, Ujfalusi, Villa y...

Parece ser (y así será, aunque no he visto aún imágenes que lo acrediten) que en el campo del Levante el médico del Madrid, doctor Hernández, se levantó, salió de la propia 'zona técnica' para protestar al árbitro y, aún más, invadir la 'zona técnica' del Levante para increpar a alguno o varios de los ocupantes del banquillo local. Por eso fue expulsado, decisión justa. Quien así se comporta no debe andar por la banda, enredando. Eso sí: habría que establecer que la expulsión de un médico no comportare otra consecuencia inmediata que su alejamiento del escenario y que si se requirieren sus servicios pudiere estar perfectamente activo.

Mientras esto último se establece (y me parece necesario, porque un médico es un médico) me entretengo en un par de consideraciones. La primera, que el Madrid no puede andar por ahí con un médico que sea un broncas. El médico se sienta ahí para ver, oír, callar e intervenir de urgencia cuando las circunstancias requieran de su ciencia. La otra, que sancionar lo que al parecer hizo el doctor Hernández con la misma pena que el estacazo de Ujfalusi a Messi (y con el doble que el puñetazo mal reprimido de Villa a Gurpergi) es un despropósito. La justicia de la Federación es, como dijo Pacheco de la ordinaria, un cachondeo.

A eso contribuyen los árbitros con sus actas. Manejan un reglamento para amonestar o expulsar que ellos mismos emborronan describiendo las jugadas con un detalle que en realidad las hace difusas, aptas para ser encuadradas en uno u otro tipo de delito: desconsideración, juego peligroso, producirse violentamente, juego brusco grave, agresión... Toda esa panoplia de recursos queda abierta al Comité, sanedrín necio, que en cada caso hace lo que quiere. Y como en lugar de hacer justicia hace política, en ese extravío acaba sancionando la mala compostura de un médico igual que una entrada malvada al puente de Messi.