Binomio Alonso-Ferrari, La Otra Roja

Binomio Alonso-Ferrari, La Otra Roja

Dos carreras consecutivas ganadas, cincuenta puntos. Alonso ha dado un bocado gigante a la clasificación de la Fórmula 1. No hace mucho, no nos engañemos, le veíamos fuera. Ahora está segundo, a once puntos de Webber, y ha pasado entre otros a Hamilton, el malo de la película, que ha abandonado justamente en esas dos carreras. Hay algo que nos convence en esta nueva escala de puntuación, que prima más al ganador de las carreras y que ha permitido en un plis plás ver a Alonso ahí arriba. Ahora quedan cuatro más, Japón, Corea, Brasil y Abu Dhabi, y Alonso insiste: se trata de hacer podio en las cuatro y luego contar.

Pero, ¿tres o cuatro? Bernie Ecclestone se descolgó ayer diciendo que no veía garantías en Corea, que este año se ha incorporado al circo y estrena circuito. Pero el circuito no está a punto, no tiene el okay definitivo y Ecclestone incluso desliza un "quizá nos hemos equivocado". Total, hasta después de Japón no se decidirá si hay o no Corea. ¿Perjudicaría a Alonso la reducción? Nadie está seguro. Por un lado, al que viene remontando parecería perjudicarle una carrera menos; pero, por otro, Alonso está más tieso de motores que sus competidores, así que puede ser una ventaja. En todo caso, pilotando así, no hay que tenerle miedo a nada.

Porque el Ferrari ha mejorado, pero en manos de Alonso alcanza la perfección. Verle cómo aguantó las embestidas de Vettel fue soberbio. La Fórmula 1 es un desafío tecnológico fenomenal, una vanguardia de la investigación científica acicateada por la ambición deportiva y la exigencia de ganar cada dos semanas. Pero eso hay que conjugarlo con el genio humano, con la ambición medida, el control de mil variables y el valor torero que tienen tipos como Fernando Alonso, sobre todo él. Con Ferrari, forma un binomio colosal, La Otra Roja, que nos sienta ante la tele y nos hace saltar de alegría igual que la que calza once pares de botas.