Hay que aprender de los errores

La actuación del Sporting ante el Athletic provoca ciertos análisis para corregir defectos que los de Preciado tienen, sobre todo cuando se enfrentan a equipos aguerridos, como fue el caso del Athletic. Todos saben que el que no corre lo tiene crudo y que lo que tiene que decidir la suerte de los partidos es la calidad. En el caso del Sporting, la dedicación es máxima, pero al equipo le falta un mayor sentido de conjunto y no volverse loco por la fama de un jugador. Ante el Athletic, Llorente causó desconcierto sólo con estar, lo que descentró a los centrales y arrastró a los laterales, quienes, además, echan de menos una mayor sincronización con los interiores. Novo y Diego Castro trabajan, pero hace falta un mayor sentido defensivo.

Este año se intensificó el trabajo de las estrategias. Además del trabajo en el campo, se aprovechó el invento de la pantalla y el proyector con imágenes de los rivales, pero no todas las posibilidades se recogen en el cinexín de Alcácer, ni se tienen previstos los despistes, como el de Canella en el tanto de Gurpegi. Ante el Athletic, los rojiblancos hicieron un gran desgaste, pero con poco sentido, lo que hizo que corrieran mucho sin premio. Después de llegar al 2-0 con pocos méritos, faltó capacidad para rematar a un león herido, por carecer del orden defensivo que el Sporting mostró ante el Mallorca. El partido de Barcelona se mira como un expediente a cubrir, para pensar en la visita del Valencia, que resulta más accesible. El caso es aprender de los errores.