Camino hacia Wembley

Regresa la fanfarria de la Champions league al Camp Nou y lo hace reconociendo al estadio barcelonista como uno de los clásicos de la máxima competición europea. De nuevo, el Barça parte como uno de los grandes favoritos para hacerse con el título. Desde que Pep Guardiola se sienta en el banquillo, el equipo culé ha ganado una orejuda y se ha quedado en las semis en la siguiente. Probablemente, la diferencia entre una y otra edición está en que la primera se deseó y la segunda se convirtió en una obsesión. El hecho de que el escenario de la final de la temporada pasada fuera el Santiago Bernabéu añadió presión al equipo barcelonista. Una presión que el taimado Mourinho supo explotar a la perfección con los resultados ya de sobreas conocidos.

Ahora en el horizonte se dibuja el nuevo Wembley obra de Sir Norman Foster. Un estadio de concurso de diseño que nunca podrá rivalizar con el vetusto escenario que, con todas sus incomodidades, que eran muchas, albergó partidos de lo más legendarios. Uno de ellos, precisamente, se jugó el 20 de mayo de 1992, cuando el Dream Team comandado por Johan Cruyff logró ganar su primera Copa de Europa ante la Sampdoria. Regresar a Wembley ilusiona al barcelonista, pero no se ha convertido, como sí pasó con la presunta final de Madrid, en un tema de conversación ya desde la pretemporada. En este sentido, tiene menos morbo regresar a Londres que jugar en el coliseo madridista, pero a la larga, saldrá más a cuenta.