Lo malo no es la lista, sino el partido

Lo malo no es la lista, sino el partido

España se embarcó ayer a las Américas, a estrenar su título de campeona del mundo. Atrás quedan las quejas del Barça porque se le llevan siete jugadores a tres días de la Supercopa, siete jugadores que, por cierto, saltan de las vacaciones al avión. Zubizarreta se queja, pero, ¿de qué se queja? Del Bosque tenía que llevar a los mejores, por obligación contractual y por decencia. La Federación no debió montar este partido en esta fecha, podría haberse hecho otra cosa en España, más cómoda o menos arriesgada. Y visto que ganamos el Mundial hace menos de un mes, se debió renegociar esta visita a México, que tiene carácter solemne.

Porque se celebra el Bicentenario del país y hay que cumplir. Del Bosque cumple con la lista, que México agradece, pero nadie puede garantizar que este grandioso equipo, que vuelve de las vacaciones, pueda dar lo mejor de sí. Tampoco los barcelonistas hubieran podido, con cinco días de entrenamiento, rendir bien en la Supercopa, por cierto. Ya hace algún tiempo dijo Del Nido que esta competición podía ser a un partido, para aliviar, y buscar alguna ciudad que quisiera patrocinarlo. Pero soluciones imaginativas son lo que menos busca la Federación, que va a piñón fijo, con orejeras para no ver a los lados, a por el dinero fácil y seguro.

De la queja de Zubizarreta lo que peor me sabe es que ha chupado bastante del bote. Cuando dejó de jugar fichó por la Federación para no sé qué puesto fantasma de acompañar a los periodistas o así. Duró poco. Luego se enchufó en La Cartuja, adonde le ayudaron a llevar algunos partidos. Es planta crecida en el villarato, no puede extrañarse de estas cosas, ni menos quejarse. Es verdad que el Barça carga con gran parte del peso de esta Selección, para su gloria y su fatiga. Pero con las tonterías del villarato hemos cargado y seguimos cargando todos, para beneficio de unos cuantos entre los que se ha contado mucho tiempo Zubizarreta.