Sobre Raúl y Guti, sobre lo útil y lo bello

Sobre Raúl y Guti, sobre lo útil y lo bello

Ayer recibí un mensaje de un amigo: "Estoy viendo a Raúl vestido de azul". Raúl estaba jugando con un equipo de una zona minera de Alemania, un torneo de verano del tres al cuarto. Pero estaba jugando. Es su nueva vida. Prefiere ser titular en el Schalke 04 que suplente en el Real Madrid y a mí me parece bien. De eso justamente estábamos hablando en la sobremesa, cuando me llegó ese mensaje. De eso y de la frialdad exagerada e impropia del acto de su salida del Madrid, señal de feo descuido del club. De eso y de la diferencia de calor con que fue acogido Guti en el Besiktas, frente a la llegada formal de Raúl al Schalke 04, más fría.

A Raúl le recibieron dos mil aficionados y dos mineros, que le dieron un pedazo de carbón. Pero ya está jugando, batiéndose el cobre. A Guti le recibió una multitud, ante la que no quedó del todo bien, porque auguró una gran Champions, cuando lo que el club va a jugar es la UEFA League. Guti tiene estos despistes. Y a saber cuándo podrá debutar. Raúl sabe dónde ha ido, sabe que allí sí que hay Champions y que con tres goles que marque en esta competición habrá adelantado a Torpedo Müller como máximo goleador europeo de clubes. Y ha llegado en forma, tanto que el primer día ya pudo jugar 56 de los 60 minutos del partido.

Raúl llega con los deberes hechos y los objetivos claros. Guti llega al albur de los vientos que le llevan. Raúl tiene mucho más palmarés, pero a Guti le recibió una multitud, a Raúl sólo un piquete de aficionados. ¿Por qué? Será porque Raúl representa lo útil: el gol, el valor estadístico. Guti sugiere fantasía, expectativa de lo inesperado. Raúl es lo útil, el fichaje que se traducirá en goles para alcanzar tales objetivos. Guti es lo bello. Ni siquiera sabe qué es lo que va a jugar; pero su presencia sugiere lances hermosos, jugadas nunca vistas. Raúl nunca renunciaría a un gol por un taconazo hermoso. Guti, sí. Por eso le recibieron de esa forma en Estambul.