A partir de hoy hay que ir al ataque

Alberto Contador demostró ayer mucha ambición al poner a trabajar a su equipo para que Sylvain Chavanel no cogiera más de tres minutos en su escapada y para probar que el Astaná es un bloque potente en cuanto la carretera se empina. En el plano no lo han pasado bien, sobre todo en la jornada del pavés, pero tampoco se ha visto que la gente del RadioShack, que tanto nos habían vendido como la escuadra más fuerte del Tour, ande muy fina. Camino de Arenberg, vimos a Armstrong pelear en solitario contra el adoquín, después de recibir como única ayuda unos breves relevos de Popovych. Ayer, fue Klöden el que transmitió mala imagen al quedarse varias veces en los puertos de segunda categoría, nada del otro mundo.

Lo que espero para hoy es que tanto Contador como Andy Schleck, los dos mejores escaladores del mundo, empiecen a eliminar rivales. Llegan los Alpes y hay que pasar al ataque. Las subidas a La Ramaz y Morzine deberían darnos una buena medida de en qué estado de forma se encuentran los favoritos. A Alberto y a Andy les conviene tensar la cuerda desde ya. Si Cadel Evans se aferra al puesto de privilegio que ocupa ahora mismo va a ser muy difícil desplazarle de ahí, porque además estamos hablando de un muy buen contrarrelojista. Nuestro madrileño, sin las ataduras del año pasado, va a reventar el Tour en la montaña. Es un chico ambicioso, su forma de correr sólo conoce ir a por todas, así que ojalá a partir de esta tarde le veamos ya arriba.