Vimos algo que no es de recibo

Lo que vimos ayer en el Tour de Francia es una auténtica vergüenza. Estoy muy desilusionado por el comportamiento del pelotón. De esta forma, con estas desafortunadas decisiones, es como se desprestigia y se desvirtúa cada día más el ciclismo. Esperar a los hermanos Schleck no es de recibo. Protestar por lo peligroso del día, tampoco. La lluvia, ese tipo de carreteras, esas caídas, son el pan nuestro de las carreras, algo habitual e inevitable. Les tocó a Armstrong, Contador y Andy Schleck, todos gallos, pero resulta indignante que un equipo como el RadioShack no tire para eliminar a dos rivales directos como Andy y Frank. Sólo lo intentaron Iván Gutiérrez y Luis León Sánchez, pero nadie les secundó, Cancellara incitó a los demás a no respaldarles y los dos españoles sólo se podrían haber llevado más palos.

De lo que estoy seguro es de que si el implicado hubiera sido Contador, ahí se deja cuatro minutos camino de Spa. Vamos, para esperarle iban a estar los demás. Como en la etapa de hoy, donde seguro que le aguardan varias emboscadas en el pavés destinadas a eliminarle. Si alguien se cae y los demás van para adelante, eso no es trampa. Ya le pasó en su día a Iban Mayo, uno de los hombres más peligrosos para Armstrong en 2004, año en que el texano reventó al vasco y le descartó para la general con una minutada en un tramo de adoquín. Espero que hoy no se dé ninguna otra circunstancia negativa y veamos una bonita jornada.