Sobre la ilusión y el patrimonio
Marqués deshojó al fin la margarita. Me quedo. No me quedo. Y ha decidido irse, dejando atrás un Espanyol que le permitió demostrar que valía para jugar en la Liga pero que no le aseguraba ser parte importante del próximo proyecto. Los que conocen a Marqués dicen que a él sólo le importa jugar, que se siente incómodo en los banquillos y que no le molesta en absoluto ir cambiando de aires hasta encontrar un viento que le lleve hasta esos minutos de privilegio que le hagan explotar su capacidad.
Será lejos de aquí donde Marqués encuentre la pizca de ilusión que le ha faltado para renovar. Pochettino quiere jugadores ilusionados, un patrimonio que ni se compra ni, por ahora, se vende. Sobre patrimonio nos hablaba ayer un directivo del club. Si no se vende a nadie no se va a poder comprar a nadie. Así de sencillo. Sólo los grandes tienen dinero, ese Barça y ese Real Madrid que, como dice este directivo, ejercen "competencia desleal" en un mercado, el futbolístico, en el que los contratos televisivos cobrados por anticipado hacen enorme la brecha entre los que buscan la ilusión de sus jugadores y los que comprar la excelencia a base de pagarés.