No es que Florentino fume, no, es un titular de reclamo, aunque no del todo tramposo. Florentino no tiene ese mal hábito (en realidad no tiene ninguno de los malos hábitos 'clásicos') pero sí uno que ha marcado su presidencia, en los dos periodos: su desconfianza de los técnicos, su falta de fe en el trabajo de éstos, su convicción de que no tiene mucho que esperar de ellos. Y su tendencia a expresarse de esa forma, posiblemente sin malicia, pero con la consecuencia fatal de que la autoridad del entrenador queda pronto puesta en solfa. Y el papel de entrenador del Madrid, difícil de por sí, se hace más difícil todavía.

Me parece que al cabo del tiempo Florentino ha reflexionado sobre ello y se ha decidido a cambiar. De un día para otro, como se deja de fumar. Sólo eso explica que haya ido por Mourinho, que desde luego no es un hombre influenciable y no se recata en decirlo. Ahí lo tienen ustedes: nadie le dirá cuándo y cómo debe entrenar, nadie le dirá si 4-3-3 ó 4-4-2, nadie bajará en el descanso a hacer ninguna observación, hablará con Valdano, Pardeza, Chendo y quien sea, pero deja sentado que la organización del club debe girar en torno al entrenador, que el club deberá desde ahora vivir alrededor y a partir de sus ideas.

No ha sido costumbre del club, durante los dos periodos de Florentino, vivir alrededor y a partir de las ideas del entrenador, sino más bien lo contrario, tratar de poner a éste al servicio de un modelo concebido sin su anuencia, y con unos jugadores a menudo contratados sin preguntarle. Todos los que han pasado envidiarán esta decisión de Florentino de cambiar tan radicalmente. ¿Lo cumplirá? No espero otra cosa, dado el gasto económico y de imagen que este movimiento le está costando. Y la verdad es que el hombre que ha escogido para dar este salto es el que más lo justifica, por su palmarés y su firmeza.