Mourinho bajo los focos del Bernabéu

Mourinho bajo los focos del Bernabéu

Mourinho es el hombre del día. Esta noche le bañarán los focos del Bernabéu, como figura singular en el gran partido europeo del año: la final de Champions. Ha traído hasta aquí al Inter, con el que también ha ganado la Liga y la Copa italianas, pero en días así no se ha recatado en decir que el fútbol italiano no le va, que allí no se siente feliz. O sea, que viene al Madrid, aunque eso no lo ha dicho, eso lo confirmará poco más tarde de esta final, en la que su fútbol va a ser mirado con ojo crítico por los madridistas, que no están muy convencidos con la pirueta. Mourinho despierta dudas por su fútbol y por su talante.

En realidad, el madridista le ha cogido aprecio a Pellegrini, un caballero cuyo saldo en el primer año da para análisis contradictorios. Con un equipo nuevo y corto de centrocampistas ha hecho 96 puntos en la Liga y marcado 102 goles. Frente eso, están sus dos derrotas ante el Barça y sus caídas prematuras en la Copa y en la Champions. En realidad, somos muchos los que nos quedaremos con las ganas de verle un segundo año, con refuerzos en la media y la base de lo ya conseguido en este. Entre ellos, Valdano. Y gran parte de la afición, según reflejan las encuestas. Pero Florentino optó hace semanas por Mourinho.

Mourinho gana muchos títulos, ha funcionado bien en distintos países y con jugadores de diversos tipos, y no es tan defensivo como ayer decía Van Gaal ni como podemos concluir del planteamiento infame que hizo en el Camp Nou. Es entrenador de rigor táctico, pero no es cerrojero. Lo que sí me parece que choca con el Madrid, con su estilo tradicional y con sus personajes de hoy (Florentino, Valdano...), es el aire provocador y grosero que gasta, a mi modo de ver como elemento de apoyo en la guerra psicológica que el fútbol comporta. Busca enemigos y enemigos ya tiene el Madrid, sin necesidad de quien se los busque.