Sombrerazo a la temporada del Sevilla

Sombrerazo a la temporada del Sevilla

Igual que hubo una 'final del agua' (1929) y una 'final de las botellas' (1968) esta quedará para la historia como la 'final de los sombreros'. Del Nido sacó a relucir hace ya bastantes jornadas una especie de sombrero-fetiche que la afición ha ido adoptando como propio y que ha acabado por ser la inspiración del equipo para esta reconquista de sus días gloriosos. Un gran título, después de aquellos cinco casi seguidos, envueltos en la música del centenario. Un gran título, el de Campeón de España, para reemprender un camino que se cortó abruptamente cuando falleció Antonio Puerta, dejando desconcertada a la familia sevillista.

Al final, el Sevilla cierra la temporada con sobresaliente: clasificado para la Champions, Campeón de Copa. Para llegar a esta final, además, eliminó al Barça, que no es poco en estos tiempos. Para ganarla, desplegó oficio. Marcó un gol pronto, en una jugada rápida en la que Capel cazó un rebote que reexpidió contundentemente a la red. Luego, con ese aire coriáceo y sacrificado que se le conoce, aguantó la marea atlética. Para los malos momentos, tenía un salvavidas final, Palop, ese gran portero que sólo ha podido mostrarse en la madurez. Y, ya en el ocaso del partido, el gol, el golazo de Navas, para abrir la fiesta.

El Atlético también puede irse satisfecho. Después de tantos años sumido en el pesimismo, ha ganado un título europeo, el segundo de su historia, 48 años después del primero. Y ha jugado esta final de Copa, y la ha jugado honradamente, llevando la iniciativa, sin perderle la cara al partido, apretando a su rival hasta el último momento. Fue un gran partido de fin de curso en España, digno prólogo del que nos espera el sábado, esa final de Champions en el Bernabéu. Un partido que honró a nuestro buen fútbol, que lució a dos grandes equipos que supieron exprimirse hasta su límite. Ganó el del sombrero. Pues sombrerazo.