El Málaga se juega prácticamente la permanencia en Mallorca, donde le espera un gallito Gregorio Manzano, que aún no ha olvidado su destitución, y el malaguista Josemi (éste sí lo es y de los buenos), al que le gustaría acabar su carrera en el equipo en el que se formó con permiso del Torremolinos. Sería un buen refuerzo. Pero vamos a lo que interesa que no es otra cosa que la victoria. Los profesionales saben lo que se juegan. Están mentalizados y concienciados para dar la sorpresa. El Mallorca sólo ha caído en casa ante Barcelona y Sevilla, pero hay que ir a por ellos. El Málaga es un sentimiento. Volveré.