...y para la vuelta ya estará el Kun

...y para la vuelta ya estará el Kun

El Calderón se emocionó como pocas veces. Por momentos me recordó aquel año de Domingo, cuando el Cagliari y todo aquello. La cosa se quedó en un gol, pero promete mucho. Porque el Atleti jugó con la seriedad que se exige en estos tramos y que se sabe que puede ofrecer cuando se le exige. (La pena es que en tantos otros trances no tan solemnes se deje ir). Porque el resultado es bueno, mejor de lo que parece. Porque a la vuelta estará el Kun Agüero (¡qué pena esa tarjeta tonta el otro día, qué falta hubiera hecho ayer!) y porque el que tampoco estará en la vuelta será Torres, cosa que sentimos, pero no mucho.

Torres que se cure para el Mundial, con calma y bien. Mientras, lo sentiré por Benítez, pero su equipo se desdibuja sin él. Le falta la percha de la que colgar su juego, el referente de cada ataque. Anoche se vio: el equipo inglés no fue capaz de desarmar la defensa atlética, tan cuestionada otras veces, tan falible en los partidos menores de nuestro campeonato, esos partidos en los que abunda en despistes. En ataque tampoco es que el Atlético fuese un trueno, pero el partido estuvo más cerca del dos a cero que del uno a uno. Faltó la imaginación del Kun, sobró de prudencia Quique, que acabó con Jurado y Salvio arriba.

Pero el tiempo final ya no era tiempo de heroísmos. Esos quedan para el Liverpool, que ahora tiene el balón en su tejado. Aquello es Anfield, efectivamente, pero esto es el Atleti, y un Atleti puesto a hacer las cosas bien no es cualquier cosa. Tiene portero, tiene atacantes buenísimos, tiene un grado de inspiración en jugadores como Reyes, y si el resto se aplica no es fácil meterle dos goles. Lo de Hamburgo está a noventa minutos y hace veinticuatro años que el Atlético no alcanza una final europea. Un último esfuerzo para confirmar que el Atlético ha vencido para siempre sus malos tiempos. Queda una semana. Estoy impaciente.