El apoyo que le llega del cielo
Sergio es sevillista, perico, de Mataró, catalán, español, flamenquito, excelente jugador de ping pong y, por encima de todo, futbolista. Así que tratemos a este defensa de ingobernable valor como lo que es, un chico que lucha por seguir desarrollando su profesión. Encontró en Hamburgo lo que nadie le había dado hasta la fecha: esperanza. Hace unas semanas dijo a AS que había "encontrado una luz". Y hasta allí que se va para perseguirla.
No solamente en Sevilla van a estar pendiente de él. También en el Espanyol, en un vestuario en el que guarda eternos amigos. También en el cielo, allí donde Dani Jarque se ha convertido en su fan número uno. Él se merece una segunda oportunidad. Dani no la pudo tener. Así que esperemos pacientemente que su corazón se ponga al ritmo de la competición sin que haya riesgos que correr. La sonrisa que lució ayer no se va a perder. Tiene demasiada fuerza en su interior como para que se le escape este tren a la gloria.