¡Qué difícil es dejar atrás al Madrid!

¡Qué difícil es dejar atrás al Madrid!

Dos jornadas después del clásico, el Madrid vuelve a acechar al Barça, que ese día se le fue a tres puntos y medio. (El medio, claro, es el 'goal average' particular). Si hay algo que hasta sus peores enemigos le han reconocido siempre al Madrid es su resistencia a rendirse. Es verdad que el año pasado se desmoronó con el 2-6, pero aquellas eran circunstancias excepcionales: quedaban cuatro jornadas y siete puntos y el club estaba en derribo institucional. Esta vez la distancia no era tanta, el tiempo para recuperarlo es más largo y hay una estabilidad en la casa. Algunas cosas crujen, pero nada llega a desarmarse.

Y hay dos grandes goleadores, Higuaín y Cristiano. No les entran todas (Cristiano chutó ayer once veces para un gol) pero sí muchas. El Madrid pega con los dos puños, tiene una defensa estupenda y así, aunque no es prodigio de estilo, puede con muchos equipos. Entre ellos el Valencia, al que en el primer tiempo abrumó. Luego perdió confianza y el rival se vino arriba, pero no fue tanto Valencia como el que se esperaba. Sus avispas no picaron esta vez, así que cuando terminó todo resultó que el tercero de la tabla quedaba a 24 puntos del segundo, una enormidad. La Liga ha resultado tan bipolar como esperábamos.

Cinco jornadas, dos puntos. Todo consiste en que el Barça empate en Villarreal o en Sevilla y en que el Madrid lo gane todo. Se trata de estar ahí, y ahora con más esperanza. El Madrid llega al trance bastante pleno, con los dos goleadores a tope, Benzema rehaciéndose, Guti capaz para noventa minutos, Gago, Lass, Diarra y Granero a la orden, la defensa fenomenal, como siempre. Sólo falta Kaká, pero si hasta aquí han llegado sin él... El Barça sufre una fatiga añadida, la Champions, que ayer le obligó a un viaje en autobús de los de los viejísimos tiempos. No, verdaderamente el Madrid no tiene motivos para rendirse.