Villa y Silva contra el Kun Agüero y Forlán

En esta que se empezó llamando liga bipolar y ya empieza a ser conocida como 'liga a la escocesa' hay otros grandes equipos. Quizá les falte continuidad, o algo más de fondo de plantilla, pero cuando tienen una motivación seria lucen su brío y el brillo de sus estrellas. El Valencia y el Atlético nos dejaron un empate a dos que vale por un empate a cuatro. Pero vale para más aún: vale para que comprendamos que aparte de ese gran duelo en la cumbre, hay, a poca distancia, un gran fútbol y unas grandes estrellas. Estrellas del juego de ataque, el que nos gusta. Estrellas como Villa, Silva, Forlán y el Kun Agüero.

Un partido hermoso, de ida y vuelta, de los que gustan mucho a la afición y, en general, poco a los entrenadores. Partido alborotado, con desajustes, con esas rendijas que los grandes futbolistas saben penalizar. Y jugado hasta el límite de su fondo físico por los dos equipos, por todos los jugadores. Los dos equipos ofrecían en principio dudas, bien por su momento, bien por sus bajas. El Atlético baja por fuerza sin Reyes ni Tiago; el Valencia, por su parte, tiene una defensa remendadísima, en la que faltan muchos hombres, y sobre todo le falta el referente de la línea media, el capitán, el murciélago del escudo: Albelda.

Pero había ganas y había grandes delanteros. Y grandes porteros también. No hay mucho que agregar de César, pero De Gea va para cosa seria, cada vez se ve más claro. El empate final honró a todos y dejó las cosas para la semana que viene, en el Manzanares, donde la afición local irá soñando con unas semifinales ante el Liverpool del Niño Torres, que salió de Lisboa con un 2-1 esperanzador. La Europa League es un gran objetivo para el Valencia y el Atlético. Justifica una temporada en ambos casos. De modo que lo mejor del partido es la certeza de que el de dentro de una semana será igual de intenso.