Un señor equipo y un equipo señor

A nadie le cabe duda de que el Madrid tiene todo un señor equipo. El Sporting hizo lo que pudo, con un dispositivo defensivo muy serio que llegó a sembrar desconcierto en las gradas del Bernabéu. El gol de Barral despertó a un gran equipo, que supo aprovechar unas virtudes que los distancian de los rojiblancos en una proporción de 450 a 28, aunque sobre el campo se haya visto menos diferencia que en los presupuestos. En estos casos se puede hablar de una derrota honrosa, ante un líder que necesitó la ayuda de Paradas para dejar pasar un penalti a Diego Castro, segundos antes del tercero de Higuaín.

Otra historia es la vivida en los aledaños del Santiago Bernabéu desde primeras horas de la mañana del sábado. Numerosos sportinguistas aguardaron colas con el sano y simple ánimo de ver a su equipo. Pero no pudo ser. Un club señor optó por dejar asientos libres en el estadio, con un millar de seguidores rojiblancos por los alrededores del Bernabéu en busca de un bar para ver el partido.