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La hora de pedirles más a los jugadores

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Me lo decía ayer alguien: "Vale, Pellegrini planteó el partido sin grandeza, pero ¿y los jugadores?". Los jugadores funcionan mal en un sistema desorganizado. Esta temporada y muy a mano hemos tenido el ejemplo más radical de eso: Messi. En el Barça, que funciona, es el mejor jugador del mundo; en Argentina, que no funciona, no parece nada. El jugador necesita del equipo, el equipo lo armoniza el entrenador. De ahí que se reclame de Pellegrini un mejor desempeño. Una claridad de ideas, una apuesta por una fórmula, alguna convicción que no aparece. Sus dudas recaen en el equipo.

Pero, sí, también es cierto que en noches turbias como la de Lyon se puede pedir más de los futbolistas. Ese Madrid borroso que dibujó Pellegrini podría haber sido engrandecido por algún o algunos jugadores que se rebelaran contra la atonía general. Por fútbol, algún exquisito, por coraje algún racial, por lo que fuera. Pero no hubo nada de eso. Ningún jugador estuvo por encima del resto, ninguno levantó la bandera caída para sacudir al grupo. Aparte de un plan general faltó alguien con ganas, personalidad, vergüenza torera y crédito en el grupo que tocara el cornetín y levantara al equipo.

Culpa de tanta refundación, quizá. Descontado Casillas, que es el portero, el más antiguo en el grupo era Sergio Ramos, que tampoco lleva tanto. La mayoría son recién llegados, aunque entre estos hay algunos, que por precio y posición en el campo (hablo de Kaká y Xabi Alonso, sobre todo del primero) bien podrían exigirse y exigir más, arrogarse un liderazgo que ahora que no está Raúl ha quedado libre. Difuminarse en el desconcierto general me parece una postura cómoda. Si Pellegrini no tira de esto tendrán que ser los jugadores quienes lo hagan y no limitarse a ganar una apuesta para que no haya concentraciones.