Mandíbula de cristal en el Madrid
Músculo y garra contra talento y centímetros. Y se impuso el músculo. O sea, el Maccabi que, en la obligada reestructuración de su plantilla, ha optado por incorporar muchos atletas de color al no estar disponibles jugadores de gran clase. El Real Madrid, blando como un requesón en defensa, fue un coladero atrás y tampoco aprovechó mucho en ataque su ventaja en envergadura. Victoria merecida del conjunto macabeo, que puso mayor espíritu de lucha, consciente de que en este grupo de la muerte cualquier derrota en casa resultará mortal.
El 81-76 final puede considerarse un mal menor para el Real Madrid porque al final de la liguilla contará mucho el basket-average. Los aciertos de Jaric en los últimos instantes arreglaron, en parte, el bajo rendimiento del equipo español que sigue lastrado por las lesiones y los altibajos en la aportación de jugadores básicos. Lo que, aparte de Llull, respetó Messina en la reconstrucción del equipo (o sea Reyes y Bullock) no está teniendo suerte en las lesiones, con lo cual el técnico italiano debe alterar constantemente los esquemas y se retrasa la cohesión. En términos pugilísticos, podría decirse que el Madrid es uno de gran calidad pero con mandíbula de cristal.