Ante la posibilidad de que el Barça pierda

Ante la posibilidad de que el Barça pierda

Noche de Copa, con un partido de aúpa: el Sevilla-Barça. Cualquier año, en cualquier condición, una eliminatoria de Copa entre estos dos clubes señeros habría tenido un interés indudable. Pero ahora es mucho más, porque tenemos el Barça que tenemos. El Barça ganalotodo, que esta noche puede dar un cuartelillo a sus rivales si cae. No es una eliminatoria lo que está en juego, tampoco un título, es algo más: es una marca de invencibilidad, que hoy puede terminar o salir con expectativa de renovarse y extenderse más y más hasta el infinito. El Barça se juega un título después de haber ganado los últimos seis.

No, no es una eliminatoria más, porque no es un Barça más. Es Bob Beamon vestido de azulgrana, y que después de saltar 8,90 se dispone a dar otro salto, con ánimo de llevar el récord más lejos. Quizá caiga hoy, puede ser. Pero aun en ese caso quedará fijada en la memoria de todos un récord que nadie imaginó siquiera que se pudiera establecer. "Para hacer eso hay que alcanzar la perfección", nos decía ayer Higuaín, en su visita a AS. Ha habido un Ovrebo, es verdad, y las gotitas oportunas de villarato en las competiciones nacionales. Pero lo que quedará en el recuerdo será la excelencia del juego del Barça.

Al Sevilla le corresponde el papel de convertirse a su vez en 'El hombre que mató a Liberty Valance'. Tiene la ventaja de llevar la mano en la partida, pero ha perdido seguridad. De repente, esa máquina de sonido tan limpio que ha sido el Sevilla en estos años empieza a emitir ruidos raros. Para él también es un desafío. Hoy puede salir convertido en el San Jorge que mató al Dragón, o en una caricatura abofeteada en su propia casa, un obstáculo derribado en la incesante marcha triunfal del Barça. El Sevilla nunca ha vivido años como éstos. También pone mucho en juego esta noche. La Copa nos suelta un partidazo.