Bien mirado, todos los entrenadores tienen éxitos y tienen fracasos, o casi. Hay algunos que casi sólo tienen fracasos, que omitiré, a pesar de lo cual consiguen trabajo una y otra vez si tienen buen padrino. Y hay otros que casi sólo tienen éxitos, y entre ellos está Manzano, que va saliendo adelante año y año de las trampas que le tiende el fútbol. En el Mallorca le traspasan cada año medio equipo, y él lo vuelve a tejer poco a poco con paciencia de Penélope. Esta vez le ha costado menos tiempo y entra en el año muy bien colocado. A eso hay que añadir que al Mallorca se le da bien el Bernabéu, con o sin él, con o sin Etoo.

Pellegrini, que es otro de los que suelen cerrar cada año con buena nota, tiene que tomar decisiones difíciles. Sufre bastantes bajas, lo cual no quiere decir que no le queden buenos jugadores. En el Madrid lo son casi todos. Lo que sí puede ocurrir, dado que tiene tantos agujeros por en medio y por atrás, y tan saludable la parte de arriba, que vuelva a apostar por los cuatro delanteros, como a principio de temporada. Sólo que esta vez el cuarto sería Higuaín, y no Raúl, como al principio. Raúl, se quiera o no, ha dejado de ser titularísimo. Lo dejó de ser cuando le otorgaron ese superlativo tan escamante.

Pellegrini ha encontrado su equipo con tres delanteros, uno llegando de atrás (Van der Vaart, ahora será Kaká) y tres medios. No sé si el chasco de Pamplona es bastante para cuestionar eso (fue partido de vuelta de vacaciones, partido-trampa, ante un Osasuna para el que no hay mejor motivación que el Madrid), y si cambiará el dibujo. Yo lo que pienso es que el mejor modelo para el Madrid es aquel en el que mejor se sientan Cristiano y Kaká, los dos superclases que pueden hacer de este equipo algo especial. Otra cosa son Benzema e Higuaín, que pueden entrar en cualquier modelo, juntos o por separado.