Diego Costa, Asenjo y el tormento
Aunque lo juegan dos equipos que están en plena zona media-baja de la tabla, el partido viene marcado en rojo en la jornada. Por todo lo que se está hablando de él y por las consecuencias que puede conllevar, dependiendo de su resultado, el choque ha adquirido unos tintes casi de dramatismo. Sobre todo para el Atlético de Madrid. El Valladolid llega más tranquilo, aunque obligado también a sumar para no verse de inmediato con la soga al cuello. Más les vale a ambos que se mentalicen de su condición de equipos que pueden estar luchando por la permanencia hasta el último minuto de esta Liga. Partido, pues, con retranca y con peligro. Y con Iturralde, un señor extraño al que por Zorrilla recuerdan tras el Valladolid-Atlético de Copa de hace dos temporadas cuando dejó sin señalar un clarísimo penalti de Pablo a Llorente. Era el último minuto y estaba en juego el pase a cuartos. Letal.
Pero más atractivo que centrarse en mirar a Iturralde será seguir de cerca la pista de Asenjo, que vuelve a casa tras la Navidad, y la de Costa, que volverá al Calderón la próxima temporada. Sergio Asenjo, extraordinario guardameta, está pasando la prueba de fuego más dura que se podía imaginar desde que se marchó al Atlético de Madrid. La superará, ya lo verán, y saldrá reforzado. Diego Costa pretende demostrar hoy a Pitarch que está para jugar allí, ya. Es más, que ya lo estaba este pasado verano, aunque por los 'madriles' no supieran verlo. Asenjo y Costa son talento. Iturralde un tormento.