The Sun ha hecho 'el equipo de la década', un equipo para relamerse. Es cierto que, como ocurre siempre en estos casos, es más para atacar que para defender, es un equipo descompensado, de esos que son los que en el fondo le gustan a Florentino (y a la mayoría de periodistas y de aficionados) y aterrorizan a los entrenadores. Una media de cuatro con Figo, Zidane, Ronaldinho y Cristiano no iba a contener mucho. Además Cafú es lateral de subir y subir. Puyol, Cannavaro y Maldini (que en esta década ya no estaba tan para excursiones hacia arriba) iban a recibir a los contrarios por oleadas.

Pero a mí me gustan estos divertimentos inocentes. Y me gusta particularmente que esté ahí Puyol, corazón y capitán del Barça, representante de otra forma de estar en el fútbol que también hay que agradecer. Como me gustó que en el desfile de estrellas que fue el último clásico en el Camp Nou fuera a la postre el mejor. No vamos al fútbol para ver a jugadores como él, sino como los de esa media imposible, o delanteros como Messi y Henry, los elegidos, pero se agradece que estén. Le dan solidez, decencia y competitividad al fútbol, frenan esa tendencia latente al amaneramiento.

El ataque, está dicho, queda para Messi y Henry. Yo hubiera preferido a Ronaldo en lugar de éste, pero eso va en simpatías o en proximidad. Le he visto más y con más interés, lo mismo cuando vino con el Barça como cuando volvió con el Madrid. Y no reclamo a Casillas porque se ha impuesto a Buffon sólo recientemente. El italiano ha sido el meta de la década. En todo caso, la Liga va bien servida, porque cuatro juegan en ella, y otros cuatro lo han hecho. Tenemos un gran campeonato. Y un gran Puyol, el capitán que se ha dado el gusto de levantar esas seis copas de las que hoy presumirá legítimamente el Barça.